La casa se encuentra en medio de un
prado muy extenso (hace alusión a 9 manzanas en Barcelona, y esta se encuentra
envuelta por la naturaleza y se encuentra sumergida en esta, observando una
imagen de la casa con el entorno vemos la magnitud de la naturaleza que lo
rodea, es casi que estar espiando, ya que la casa se encuentra acompañada del
elemento más desafiante y acosador, como lo es la naturaleza, esto crea un tipo
de relación y tensión entre el emplazamiento, su forma y lo que la envuelve; el
fenómeno natural juega un papel antagónico ya que nosotros como protagonistas
del habitar, debemos tanto canalizarla como defendernos de ella.
Es el hábitat, la morada como tal la que nos
permite defendernos de los agentes naturales y otro tipo de factores
exteriores; la casa es un elemento que se posa en el terreno natural, de ahí
que si logra posarse en este, controlando o canalizando la naturaleza, está
ganándole terreno a esta y por ende se tiene el derecho de habitarla hasta que
esta lo permita.
La naturaleza es destructora de por
si, de ahí que hay que canalizarla, conservarla y de cierta forma integrar
nuestra habitad a ella, debido a la necesidad del hombre de ocupar territorios
y por ende coexistir con esta.
Le Corbusier, es definido por su
arquitectura, como una arquitectura vertical que rompe la horizontalidad.
La geometría, lo vertical, lo
horizontal y la naturaleza, juego que se hace en el reconocimiento del terreno,
un concepto concebido por la evolución del hombre como ser erguido de
horizontal a vertical.
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